
El Xeneize le ganó a River Plate, conjunto que milita en la B del fútbol argentino, por 2-0, gracias a un doblete de Blandi (PT 6m y ST 33m). Fueron expulsados Alejandro Domínguez (PT 26m) y Roncaglia (ST 20m). La revancha será el domingo en Mendoza. Boca le terminó ganando sin problemas a un conjunto que marcha como escolta de Instituto en el Nacional B.
Boca, con una formación que mezcló habituales titulares con suplentes, se impuso a River por 2-0 en el primer superclásico de verano y se llevó una sonrisa gigante del Chaco, la tierra que cobijó el primer duelo entre estos equipos con el Billonario en una categoría inferior. La revancha será el domingo en Mendoza.
En los primeros seis minutos pasó de todo y se confirmó una vez más la vieja sentencia futbolera que esgrime que “los goles que no se hacen en un arco, se sufren en el otro”. River arrancó mejor, tuvo tres chances claras para ponerse en ventaja, pero Boca la primera vez que pasó la mitad de la cancha se puso 1-0 arriba, gracias a un lindo cabezazo de Nicolás Blandi, tras un centro de Mouche.
Antes de esa jugada, lo perdió Sánchez a los 26 segundos, lo tuvo Cavenaghi tras una mala salida de Orión y también contó con su chance Rogelio Funes Mori, pero su remate salió apenas afuera.
Luego el partido cayó en un pozo, el juego se hizo muy trabado en la mitad de cancha y el aire se invadió de esa monotonía propia de la inmensa mayoría de los choques de verano. Pero a los 26 minutos, cuando pasaba poco y nada, Domínguez bajó de atrás a Ledesma, vio la amarilla, aparentemente se fue de boca y Abal le mostró la roja. El mediapunta del Billonario se retiró de la cancha haciéndole a todo el mundo el gesto de que el juez era hincha de Boca, como la inmensa mayoría de los habitantes de este país.
Aquella jugada desnaturalizó el partido y lo hizo todavía más lento, entre la poca creatividad del conjunto de Almeyda -que ahora tenía muy aislados a sus dos puntas-, y la escasa decisión del equipo de Falcioni para ir al frente y bajarle pronto el telón a la noche.
Para el inicio del complemento, el técnico de River se la jugó y puso en cancha al veterano Trezeguet y el Maestrico González por Ponzio y Arano. Así, dispuso una línea de tres defensores, en una apuesta a cara o cruz. Boca dispuso de alguna contra, pero tuvo la desgraciada fortuna de que la pelota siempre la manejó Mouche, quien siempre eligió la peor alternativa.
Promediando la etapa, cuando el Billonario no encontraba los caminos para inquietar a Orión, Roncaglia bajó a Sánchez y vio la segunda tarjeta amarilla. Diez contra diez empezaba otro juego y rápidamente hubo dos situaciones para el empate: Cavenaghi remató desviado desde la medialuna y en la acción siguiente Maidana casi festeja con un cabezazo cruzado.
Sin embargo, pasaron los minutos, la paridad no llegó y Boca, con más espacios, le sacó provecho a las grietas defensivas de su rival: un centro atrás de Colazo derivó en la entrada goleadora de Blandi, quien a falta de doce minutos sentenció el partido.
El récord de Falcioni: El entrenador de Boca dirigió al xeneize en cuatro enfrentamientos ante River. Y mantiene su invicto. El verano pasado su equipo se impuso 2 a 0 en Mar del Plata y luego igualó en Mendoza, 1 a 1. En el último superclásico, previo al descenso de River, Boca ganó 2 a 0 en La Bombonera. Y ahora el Boca de Falcioni sumó su tercera victoria, 2 a 0 en Chaco.